El uso de lentes de contacto ha avanzado significativamente en los últimos años, permitiendo ofrecer soluciones visuales incluso a pacientes con enfermedades oculares que antes se consideraban incompatibles con su uso. Sin embargo, en estos casos la adaptación debe ser altamente individualizada y requiere una valoración especializada para garantizar seguridad, comodidad y resultados ópticos satisfactorios.
A continuación, se describen algunas de las patologías más habituales y el papel que pueden desempeñar los lentes de contacto en su manejo.
El pterigión es una lesión fibrovascular que puede inducir astigmatismo irregular, irritación y molestias.
En estos pacientes, ciertos tipos de lentes de contacto pueden:
Mejorar el confort ocular
Reducir la fricción del párpado con la superficie
Regularizar la visión cuando existe astigmatismo inducido
En casos avanzados o en recidivas, la indicación debe individualizarse según la superficie ocular y el grado de irregularidad corneal.
La pingüécula puede generar roce con el párpado, sensación de cuerpo extraño o hiperemia.
Los lentes de contacto adecuados pueden:
Proteger la superficie ocular
Disminuir el roce mecánico
Mejorar síntomas en pacientes seleccionados
El éxito en estos casos depende del tipo de lente, el diámetro, el borde y el grado de sensibilidad del ojo.
Tradicionalmente considerado una contraindicación relativa, hoy en día existen lentes de contacto especialmente diseñados para pacientes con ojo seco, que:
Aportan una superficie uniforme y lubricante
Mejoran la calidad visual
Protegen el epitelio corneal
Lentes esclerales y algunos hidrogeles especiales pueden ser de gran utilidad.
Aun así, es fundamental controlar el estado de la superficie ocular y tratar el ojo seco de manera integral para mantener una adaptación estable.
El queratocono es una de las patologías donde los lentes de contacto juegan un papel fundamental.
Gracias a la tecnología actual, es posible adaptar:
Lentes rígidos permeables a los gases
Lentes esclerales
Lentes híbridos
Lentes personalizados en topografía
Estos lentes compensan la irregularidad corneal y pueden ofrecer una visión mucho mejor que las gafas convencionales en la mayoría de los casos.
Después de un trasplante corneal, la superficie del ojo suele presentar irregularidades que dificultan la corrección con gafas tradicionales. En muchos de estos pacientes:
Los lentes rígidos o esclerales pueden ofrecer la mejor calidad visual
Debe evaluarse el tamaño del injerto, curvatura y estabilidad
La adaptación debe realizarse con alta precisión para no comprometer el injerto
Estos casos requieren experiencia, revisiones periódicas y monitoreo estrecho de la salud corneal.
No todos los pacientes con patología ocular podrán usar lentes de contacto, y en algunos casos la adaptación puede ser compleja. Es esencial:
Evaluar detalladamente la superficie ocular
Seleccionar el tipo de lente adecuado
Ajustarlo específicamente para cada ojo
Realizar controles periódicos
Tecnología y Conocimiento: Hoy es Posible
Gracias a:
✔ el desarrollo de nuevos materiales
✔ diseños avanzados de lentes
✔ la llegada de lentes esclerales
✔ topógrafos y tomógrafos de alta resolución
✔ mayor comprensión de la superficie ocular
Hoy es posible adaptar lentes de contacto con éxito en muchos pacientes que antes no tenían alternativa.
La clave está en una valoración especializada, minuciosa y personalizada, donde las necesidades del paciente, la patología existente y la salud ocular sean el centro de la decisión.