Después de un trasplante de córnea, muchos pacientes siguen necesitando corrección visual. Las irregularidades corneales, el astigmatismo residual o cambios en la curvatura pueden hacer que los anteojos no sean suficientes… ¿pero se pueden usar lentes de contacto?
La respuesta es: sí, pero con consideraciones especiales.
Depende del tipo de trasplante, cicatrización y estabilidad. Generalmente se espera a que los puntos se retiren y la córnea se estabilice.
El optometrista (de la mano del corneólogo) debe confirmar que hay buena salud corneal y película lagrimal.
Una de las primeras opciones por su calidad visual.
Beneficio: neutralizan irregularidades y dan visión más nítida. Buena oxigenación.
Riesgo: Incomodidad y extremar adaptación para no tocar zonas vulnerables.
La opción más cómoda y estable para muchos pacientes post-trasplante.
Beneficio: No tocan la córnea; se apoyan en la esclera, crean una bóveda que protege y regulariza la superficie. Ideales si hay irregularidad marcada o cicatrices periféricas.
Hay mayor sensibilidad a hipoxia, neovascularización o microtraumas.
Por eso es clave un lente bien ajustado, revisiones frecuentes y evitar dormir con ellos.
Sí, cuando están bien adaptados y hay seguimiento estricto.
No todos los pacientes necesitan lentes esclerales, pero muchos se benefician enormemente.
Si tu visión no quedó óptima después del trasplante o los anteojos no son suficientes, existen alternativas para verte y sentirte mejor.